Peinando Canas

Colección de Miniaturas de Licor

“Colección de Miniaturas de Licor”

A la hora de coleccionar o poseer algún hobbie o afición los límites no existen, salvo los inconvenientes propios de cada actividad las opciones pueden ser muy diversas y accesibles. Una de las aficiones más inusuales se refiere a quienes se dedican a coleccionar diferentes modelos o versiones de pequeñas botellas de licor. Estas curiosas botellitas se encuentran hoy en día con figuras muy llamativas y creativas, generalmente se elaboran en cantidades limitadas y después de algún tiempo se extinguen para dar paso a nuevas ediciones. Por ello, existen quienes han convertido el hecho de buscarlas, comprarlas y coleccionarlas en un verdadero reto personal.

Las primeras versiones de las mini botellas de licor surgen a finales del siglo XIX de la mano del auge industrial y la proliferación de empresas licoreras que competían por captar el mercado de consumidores. Como una estrategia publicitaria las destilerías comenzaron a producir cantidades limitadas de pequeñas botellas de sus licores, con el fin de entregarlas como muestras promocionales a los clientes potenciales que consideraban más importantes.

Las curiosas botellitas no tardaron en llamar la atención de las personas y lograron gran éxito en la promoción de las bebidas, esto motivo que sus presentaciones mostraran cada vez más ingenio y vistosidad, con lo cual comenzaron a utilizarse como elementos decorativos en los bares, centros nocturnos e incluso en algunos hogares. Más tarde, durante los años 50 y 60 la producción de las mini botellas se incrementó, dado que debido a la comodidad que implicaba su presentación para llevarla siempre consigo y tenerla  a la mano, hubo quienes preferían adquirirlas para el consumo habitual.

Hoy en día son muy apreciadas también como souvenir de viajes, obsequios de eventos o como un recuerdo que las personas conservan de aquellos lugares que han visitado, con lo cual no es difícil encontrarlas en aviones, trenes, comercios, puertos, tiendas y otros. Para quienes las coleccionan cada viaje es una oportunidad para adquirir nuevos modelos o ponerse en contacto con otros coleccionistas con el fin de intercambiar, comprar o vender las ediciones más valoradas.

El diseño y los materiales utilizados para elaborar las botellitas son muy diversos, pueden encontrarse en vidrio, cerámica, porcelana; en diferentes colores; con figuras de mujer, barcos, animales, zapatos; con formas ovaladas, alargadas, cuadradas, redondas; pueden ser réplicas exactas de las presentaciones de tamaño normal; o versiones totalmente diferentes que se encuentran solo como mini botella. En cuanto al contenido, pueden ser de ron, whisky, vodka, ginebra, vinos, licores dulces u otros; generalmente de 50, 100 o hasta 150 o 180 mililitros.

Evidentemente, las versiones más antiguas pero bien conservadas suelen ser las más apreciadas, muchas de ellas dejaron de comercializarse hace mucho tiempo y solo las poseen los coleccionistas. Usualmente se trata de un objeto de colección que adquiere mucho valor con el tiempo, dependiendo de la data de los ejemplares, lo extraño o inaccesible de las botellas o el licor que contenga. Las mayores colecciones conocidas poseen entre 5 mil a 7 mil botellitas y llegan a poseer un valor económico muy alto, incalculable para algunos de sus dueños.

La conservación de las botellas en buen estado es fundamental, para ello, se debe evitar abrirlas, resguardarlas en una vitrina de vidrio que se encuentre en un lugar fresco y ventilado, alejada de los rayos solares directos o del calor intenso. En caso de que el líquido llegue a evaporarse se deben abrir y llenarlas con el licor que corresponda preferiblemente de la misma marca que contenía originalmente.

Algunas colecciones poseen botellas con más de cien años, consideradas verdaderas reliquias; cuando son botellas tan antiguas es normal que detrás de ella exista una historia curiosa relacionada con el entorno en el cual se elaboró, el licor contenido o la forma en que el coleccionista logró obtenerla. Generalmente los coleccionistas conocen ampliamente los orígenes y detalles de cada botella, por lo cual las consideran como verdaderas joyas y disfrutan muchísimo compartiendo con los amigos y visitantes acerca de toda esta información.

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