Peinando Canas

Pintar piedras una forma de dejar volar la imaginación

“Pintar piedras una forma de dejar volar la imaginación”

Algunas personas tienen la costumbre de coleccionar pequeñas piedras, son aquellos quienes aprovechan cualquier visita a un espacio natural sea playa, río, montaña u otro para observar con cuidado el entorno en búsqueda de algunas piedritas que llamen su atención y tomarlas como recuerdo de su visita a ese lugar. Ellos se convierten en verdaderos admiradores de los detalles de la naturaleza, pero hay quienes van más allá y tienen la afición de crear hermosos diseños que plasman con pinturas sobre las piedras.

Quienes se dedican a esta inusual tarea han descubierto con agrado que se trata de una labor que genera múltiples beneficios, entre ellos: se trata de una actividad sumamente desestresante que da lugar al uso de la imaginación y la creatividad; aleja la mente de los problemas o pensamientos desagradables; nos ayuda a conectarnos con la naturaleza y valorar cada parte de ella como un elemento único e irrepetible; genera paz y sosiego a la persona, especialmente si se realiza en una ambiente tranquilo y acompañada de una música relajante; y además, es una forma positiva de ocupar el tiempo libre en la creación de pequeñas obras de arte que pueden ser útiles para dar un toque personal en la decoración de jardines, ambientes internos, dormitorios, oficinas y muchos otros.

Son muchos los diseños que pueden crearse sobre las piedras, generalmente se consideran dos aspectos básicos para definir alguno en particular. Primero los gustos y preferencias de quien los elabora; por ejemplo, algunas personas optaran por utilizar colores suaves o sobrios; mientras que otros se inclinaran más hacia el uso de los colores llamativos o sicodélicos que causen impacto en quien los observe. Segundo, la forma y tamaño de la piedra, dependiendo de sus dimensiones se pueden crear dibujos de gran volumen y complejidad si son piedras grandes, o sencillas imágenes si se trata de piedras pequeñas.

Hay quienes tratan de observar con atención la forma misma de la piedra buscando la semejanza con algún objeto o elemento que le inspire a realizar un dibujo en particular. Es así como se pueden apreciar una gran variedad de diferentes creaciones que evidencian la imaginación de quien las realiza; pueden ir desde animales, figuras abstractas, personajes humanos, y hasta figuras religiosas como los populares mándalas de la cultura budista que quedan muy bien en las piedras redondas.

Iniciarse en esta afición es muy sencillo, solo debe tener algunos materiales básicos, tales como: piedras de varias dimensiones y preferiblemente de superficie lisa, pinturas acrílicas de diferentes colores, pinceles de diferentes formas y tamaños, rotuladores de punta fina, barniz vitrificador y mucha, mucha creatividad. Los pasos a seguir son muy sencillos:

Algunas personas optan por no hacer las líneas del dibujo con anticipación sino proceder a aplicar los colores directamente, pues incluso los diseños irregulares o algo rudimentarios pueden tener un encanto especial.

Para el diseño de las mándalas, generalmente, deben usarse piedras redondas y se inicia dibujando un punto de color en el centro, a partir de allí se va rodeando con puntos de diferentes tamaños, preferiblemente alternando medianos y pequeños. También se alterna el uso de los colores, pudiendo combinar dos o tres de mucho contraste, por ejemplo, azul, amarillo y lila. Se completa un círculo tras otro llenando toda la piedra hasta el borde. Al final obtendremos una imagen muy llamativa que puede ser usada para decorar, o si lo prefieres investigar acerca de lo que representan estos dibujos para los budistas y practicar tu enriquecimiento espiritual.

La única limitación existente para animarse a probar esta divertida actividad es la disposición y la creatividad. En todo caso, se trata de hacer el intento probablemente descubramos un talento escondido y nos motivemos a convertirla en parte de nuestro tiempo de ocio.

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