“Mayores serán beneficiados con ayudas para alquiler de viviendas”
En virtud de ello, el Plan Estadal de Vivienda proyectado para el periodo 2018-2021 ha incluido dentro de las acciones propuestas las ayudas económicas para facilitar el alquiler de viviendas por parte de esos colectivos más desfavorecidos, específicamente se concentra en el apoyo a los menores de 35 años y los mayores de 65 años.
De acuerdo a lo expresado por el Ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, la iniciativa se plantea en atención a la realidad observada en años recientes en relación al aumento progresivo de los precios de los alquileres en zonas como Madrid, Cataluña y País Vasco; lo cual coloca a los mencionados sectores poblacionales más frágiles en la difícil situación de ver muy limitada su capacidad económica para acceder al arriendo de una vivienda.
Aunado a esto, a través del mencionado plan de vivienda se busca activar un programa para la apertura de centros residenciales, complejos habitacionales y edificios que cuenten con instalaciones, infraestructuras y servicios ideales para la residencia de personas mayores.
Se espera que el programa entre en vigencia a partir de enero de 2018 y se ha solicitado la participación de la “Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria” (Sareb) y de diferentes entidades financieras que hacen vida en el país, a fin de que pongan a disposición de los objetivos del programa aquellas viviendas desocupadas que puedan ser habitadas bajo contrato de arriendo por las personas pertenecientes a estos grupos sociales necesitados.
Además, existe la posibilidad de que los beneficiarios del plan puedan acceder a una ayuda de hasta el 100% de la renta de los alquileres de estas viviendas, establecidos entre 150 y 400 euros mensuales, una vez realizado el estudio de cada caso por parte de los servicios sociales.
Evidentemente, este tipo de programas se complementan con otras formas de atención a los mayores como los servicios de cuidadores y acompañantes, la atención médica regular, las actividades para el envejecimiento activo, la atención domiciliaria, las comidas a domicilio, la teleasistencia, los viajes culturales, entre otros que buscan retribuir de alguna forma los años de trabajo y dedicación que la mayoría de los ancianos han entregado para el bien de sus familias y de la sociedad en general.