Peinando Canas

El amor y el sexo en la tercera edad

En una sociedad donde se rinde culto a la belleza y la juventud de forma desmedida, existe también una tendencia muy generalizada a pensar que el amor y el sexo son temas que no competen a las personas de cincuenta, sesenta años o más. Para muchos de manera implícita el hecho de no poseer la lozanía y el vigor de los años mozos descalifica totalmente a los mayores como candidatos a establecer una relación amorosa, aceptar una nueva pareja y vivir a plenitud las mieles del amor.

Afortunadamente, esta falsa concepción está cambiando paulatinamente en la medida en que son cada vez muchos más los mayores que se atreven a romper con estos estereotipos y encasillamientos que tratan de embalsamarlos social y afectivamente relegándolos a un rincón aislado en espera del fin de su vida.

El hecho de que muchas personas mayores lleguen a la sexta década de su vida en perfecto estado de salud, llenos de energía y ganas de vivir está influyendo ampliamente en que la percepción social que se tiene con respecto a los mayores este cambiando radicalmente. Después de los sesenta son muchas las personas que aun cuando ya hayan entrado en la etapa de la jubilación, encuentran nuevas formas para realizar una actividad productiva, mantenerse activos y emprender nuevas metas a todo nivel, económicas, personales y afectivas.

Lamentablemente, también son muchos los mayores que llegan a esta fase de su vida sin una pareja con quien compartir sus días, y aunque la mayoría llegan a resignarse pasivamente a esta soledad, es bien sabido por los numerosos estudios realizados en relación a este tema, que este tipo de carencia afectiva puede afectar tan negativamente a la persona que incluso llega a generar la aparición de enfermedades, acelerar el progreso de alguna de dolencia o influir en el estado anímico y emocional del individuo.

El amor de pareja es un tipo de afecto que difícilmente se puede sustituir con el cariño y la cercanía de familiares y amigos, por más que estos traten de llenar el tiempo y espacio de sus seres queridos. Son muchos los beneficios psíquicos, físicos y emocionales que se obtienen al mantener una relación de amor bien correspondido, especialmente en la edad adulta la necesidad de sentirse amado, acompañado, cuidado y protegido, por alguien con quien se puede compartir las mismas necesidades, carencias, intereses y sueños resulta sumamente placentero y gratificante.

Ese tipo de amor eros y las sensaciones de euforia y emoción que se producen cuando nos sentimos atraídos por alguien del sexo opuesto, así como las diferentes etapas que se pueden vivir desde el momento del primer encuentro, el acercamiento, el romance y la consolidación de la pareja son aspectos que se disfrutan independientemente de la edad que se tenga; y logran incentivar la alegría, el optimismo y los nuevos bríos en el ser humano.

Evidentemente, siempre existe la posibilidad de un desengaño amoroso, pero sin duda alguna siempre será preferible arriesgarse a un fracaso antes de quedarse sumido en la soledad por temor a una experiencia negativa. Todo el que haya vivido un amor intensamente estará de acuerdo en que la oportunidad de amar es un riesgo que vale la pena correr, y quienes no lo han hecho no deben desaprovechar en absoluto la más mínima ocasión de este tipo de experiencia.

Ahora bien, las personas mayores tiene la ventaja de la experiencia y la madurez a su favor, generalmente son personas muy centradas, que saben lo que quieren y pueden establecer claro límites y condiciones a una relación hasta estar seguros que desean establecer un vínculo más firme con esa persona.

Para ello, se debe estar incluso dispuesto a enfrentar las limitaciones sociales y familiares que pretendan coartar el derecho al amor en la llamada edad dorada. Algunos consejos prácticos para aquellos mayores que sienten en su interior el deseo de establecer una relación amorosa, firme y duradera, serían los siguientes:

Activar su vida social: tratar de participar en actividades de turismo, estudios, aficiones, cultura u otras en donde pueda conocer y compartir con personas del sexo opuesto en edades contemporáneas a la suya, con intereses y gustos en común.

No tema hacer invitaciones: la amistad y el amor son cosa de dos personas, por tanto no es necesario esperar sentado a que alguien nos aborde o dé el primer paso para un acercamiento más íntimo; si se siente interesado en una persona no dude en proponerle nuevos encuentros e invitarle pasar tiempo juntos para comer, pasear, asistir a alguna actividad recreativa u otra ocasión que les permita conocerse y llevar la relación un poco más allá.

Compártalo con su familia: especialmente si piensa que puede haber descontento o incomodidades familiares por el hecho de tener una nueva pareja, es importante que les deje saber con anterioridad su disposición al amor y su deseo de establecer una relación, al tiempo que demuestra firmeza y decisión ante su oposición al momento de encontrar a la persona adecuada.

Establezca claramente sus deseos: una vez que la relación tome un rumbo más formal y la atracción entre ambos sea evidente, deténgase a conversar con su posible pareja acerca de sus intereses, lo que espera de la relación y cuáles son sus expectativas con respecto a él o ella; de ello dependerá que la pareja se consolide o simplemente se percaten de que no tiene sentido continuar.

Muéstrese dispuesto a disfrutar el sexo: contrariamente a lo que mucha gente piensa después de los sesenta es un momento de la vida ideal para disfrutar mucho más de la sexualidad, la experiencia adquirida, la paciencia y los intereses que prevalecen como la compañía, el romance y la cercanía, hacen que los encuentros sexuales a esa edad estén llenos de pasión, comprensión y entusiasmo para disfrutar totalmente cada ocasión.

Recuerde que el sexo no es solo un contacto físico, por tanto olvídese de todo complejo o temor que pudiera sentir debido a que su rendimiento sexual no sea el mismo que el de los años de juventud; aproveche con su compañero los momentos de caricias y estímulos de la intimidad que compenetran mucho más a la pareja y hacen el momento inolvidable. Además, es posible utilizar algún de tipo de ayuda o método para mejorar el rendimiento sexual si sus condiciones de salud se lo permiten, y siempre que sean  medicadas o con el asesoramiento de un experto en el área.

Decida ser feliz: tome junto a su pareja la decisión de afrontar los problemas o situaciones negativas con optimismo, conversar acerca de todo aquello que le inquiete; compartir regularmente nuevas experiencias; realizar actividades juntos como paseos, viajes, salidas u otras y aprovechar al máximo cada oportunidad para vivir con alegría el amor. Muy pronto se dará cuenta como su relación produce inevitablemente la envidia de la gente a su alrededor, lo cual es una buena oportunidad para dar un ejemplo de vida, de esperanza y motivación a sus semejantes.

Finalmente, tenga en cuenta que para el amor no existe una edad límite, siempre es posible disfrutarlo y la mayoría de las veces solo requiere un poco de decisión, valentía y disposición de nuestra parte para abrirnos a esa maravillosa oportunidad que la vida nos pone enfrente.

 

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