Peinando Canas

Yo de mayor quiero ser joven de Leopoldo Abadía

“Yo de mayor quiero ser joven” de Leopoldo Abadía

Leopoldo Abadía es sin lugar a dudas una de las personas que puede hablar con más propiedad acerca de las infinitas posibilidades y experiencias de vida que se inician en esa etapa de la existencia que algunos llaman la tercera edad o los años dorados. Él a sus 82 años es una persona activa,  con una agenda llena de actividades y compromisos que además disfruta mucho realizar cada día, está lleno de esperanza, planes, sueños y proyectos y se empeña en hacerle ver a  los demás que la vejez no es el final de una vida sino el comienzo de una forma diferente de existir, vivir y compartir con nuestros semejantes.

Su recién publicado libro “Yo de mayor quiero ser joven” es una oportunidad para el autor de compartir con sus coetáneos sus ideas acerca de cómo se puede asumir una vejez feliz y productiva. Abadía, quien es doctor ingeniero industrial y profesor en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), ha escrito en los últimos años conocidos libros acerca de economía, que es el área profesional donde se ha desempañado toda su vida, pero recientemente se ha atrevido a abordar a solicitud de la casa editorial que lo respalda, S.L.U. Espasa Libros, temas más personales como la familia y la vejez activa.

En ese sentido, el libro es una invitación para los adultos mayores a dejar de ver esa etapa de la vida como el final del camino, el tiempo en el que solo queda sentarse a esperar el momento de la partida definitiva. Para asumir el envejecimiento con dignidad, con optimismo y ánimo para emprender nuevos proyectos; en la medida que nuestras capacidades y condiciones lo permitan es posible encontrar muchas actividades inspiradoras en las que se puede ocupar el tiempo disponible, hacer eso que siempre hemos querido hacer, pero que casi siempre dejábamos de lado.

La vejez, según el autor, es una fase llena de oportunidades, una ocasión para decidir ser mejores, inspirarnos a nosotros mismos y a los demás a concretar nuevas ideas. No se trata de ignorar las limitaciones sino de asumir los cambios físicos y mentales con sabiduría, manteniendo la vitalidad y la jovialidad del espíritu en todo momento. Atreviéndose a utilizar las nuevas tecnologías, no cerrándose a los cambios del entorno sin buscar la forma de adaptarse a ellos, involucrarse y participar sin complejos ni temores. De acuerdo al autor, los mayores deben seguir evolucionando al ritmo las innovaciones, lo cual es vital si se considera que el quedarse relegados es como admitir que ya no se forma parte de este mundo, la participación es una expresión de la existencia, una oportunidad para ser reconocidos, valorados y respetados.

El autor comienza el libro con una suerte de lista de peticiones a los Reyes Magos, en la que incluye esos anhelos de lo que espera ser en esa etapa de feliz vejez; entre ellos: “No quiero ser prepotente”, “Quiero saber callarme”, “Quiero saber tener detalles”, “Quiero saber equivocarme”, “Quiero saber escuchar”, “Quiero servir a los demás, “Quiero tener esperanza”, “Quiero vivir con dignidad”, entre otros, todos ellos deseos llenos de expectativas, de esperanza y de muchas ganas de vivir y de dejar una huella positiva de nuestro paso por este planeta.

El reto es que con la lectura cada persona se atreva a ser su propia lista de sueños personales, a revisar lo que ha logrado hasta ahora y a planear lo que espera del futuro, el legado que quiere dejar a sus seres queridos y la forma cómo pretende compartir cada día que le corresponde vivir en esa fase de feliz vejez.

 

 

 

 

 

 

 

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