“Cómo evitar enfermedades durante el otoño”
El otoño es una estación de transición que nos permite adaptarnos al cambio que implica pasar de la temporada calurosa de verano al intenso frio del invierno, sin embargo, a pesar de que los días otoñales le dan la oportunidad al cuerpo de prepararse para días con temperaturas más bajas, las características mismas de la estación traen consigo una serie de cambios climáticos que pueden afectar la salud.
Generalmente el otoño supone días más frescos, mayor humedad en el ambiente y una disminución de las horas de sol, aspectos que favorecen la aparición de algunos problemas de saludo como: resfriados, alergias, gripes, problemas respiratorios, depresión, entre otros. Especialmente quienes no poseen un sistema inmunológico fuerte pueden verse afectados por algunos de estos problemas. A continuación se presentan algunas de las enfermedades más comunes durante el otoño y las recomendaciones que pueden seguirse para mantenerlas alejadas.
La Depresión: las características propias de la estación de otoño, periodo durante el cual los arboles pierden sus hojas, los días se hace más fríos y el sol se oculta antes, suelen incidir en la aparición de la llamada “depresión otoñal” o “astenia otoñal”, los expertos explican que esto se debe al descenso en el cuerpo de una hormona conocida como serotonina, que produce una sensación de cansancio y adormecimiento constante. Por ello, es recomendable programar alguna actividad física diaria, puede ser una caminata, un paseo corto con amigos o familiares, una visita al parque; o cualquier otra que implique movimiento y acción moderada.
L
os resfriados y enfermedades respiratorias: el frio y la humedad son condiciones ideales para atraer los problemas respiratorios y la obstrucción de las mucosas. Por ello, se debe ser cuidadoso tratando de abrigarse bien antes de salir, especialmente en las horas más frescas, evitar los cambios bruscos de temperatura, incrementar el consumo de vitamina C, puede ser consumiendo frutas o verduras que las contengan o con algún suplemento diario; además es recomendable adquirir el hábito de consumir una tibia infusión de “té verde” en las tardes, ya que además de sus beneficios antioxidantes, le 
ayudará a fortalecer el sistema inmune.
Enfermedades gastrointestinales: la humedad del otoño favorece la proliferación de bacterias que pueden afectar nuestro organismo por el consumo de alimentos en mal estado, por tanto, se debe ser especialmente cuidadosos con las comidas que se consumen, dándole preferencia a las frutas y verduras frescas propias de la estación.
Gripes y alergias: en esta temporada el polvo flota en el ambiente con facilidad y con las corrientes de aire y la humedad es muy fácil que se produzcan alergias, resfriados y obstrucción de las mucosas, para evitarlo es importante evitar los espacios húmedos, ventilar frecuentemente la casa y mantener la limpieza sacando con regularidad el polvo acumulado. Asimismo, se debe evitar compartir vasos, platos, cubiertos u otros utensilios personales.
Afecciones en la piel: también en otoño es muy frecuente que proliferen los hongos, dermatitis y otras enfermedades de la piel, por ello se debe tratar de alejarse de la humedad, cambiarse inmediatamente la ropa humedad o sudada, utilizar jabones o cremas antibacterianas con regularidad, y aplicar lociones hidratantes de rápida absorción diariamente. En caso de presentarse afecciones persistentes en la piel es importante acudir rápidamente al dermatólogo.
Generalmente, los niños y personas mayores de 60 años son más vulnerables a este tipo de afecciones estacionales. Para ellos es recomendable observar la administración oportuna de vacunas y preparase con anticipación a la estación consumiendo algunos suplementos vitamínicos que fortalezcan las condiciones de salud con lo cual se enfrentaran con mayor facilidad los cambios del clima. Además, de recordar siempre mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física regular y llevar una vida activa.
