Las funciones cerebrales como la memoria, inteligencia, la capacidad de pensar, hablar, concentrarse, prestar atención, relacionar información, solucionar problemas y dar respuesta a ciertas situaciones, dependen irremediablemente del optimo funcionamiento del cerebro y de los procesos neuronales que en el ocurren. Para ello, ha sido ampliamente comprobada la influencia que ejercen ciertos alimentos y sus nutrientes en el desarrollo de una actividad eficiente en el cerebro.
Veamos a continuación la incidencia que tienen ciertas vitaminas en la producción de neurotransmisores y otras sustancias que favorecen el rendimiento intelectual:
La Vitamina B: incluye todas las pertenecientes a las llamadas vitaminas del complejo B, entre las que se encuentran: La Tiamina (B1) que ayuda en la transformación de la glucosa en energía, evitando con ello el cansancio mental y la fatiga, favorece por tanto la atención y la concentración, suele utilizarse en el tratamientos de niños con problemas de déficit de la atención. Se halla en forma natural en alimentos como los cereales integrales, la avena, el maíz, trigo, semillas de ajonjolí y frutos secos. La Riboflavina (B2) contribuye a tener una buena memoria y facilita la adquisición de nuevos conocimientos, puede encontrarse en los vegetales de hoja verde, la leche y el arroz. La Niacina (B3) es indispensable en los procesos de memoria y pensamiento, se usa en el tratamiento de enferm
El Ácido Fólico: participa en la producción de neurotransmisores y en los procesos neuroregenerativos, durante el embarazo favorece el buen desarrollo del sistema nervioso. Alimentos como los vegetales que presentan un color verde oscuro, espinacas, acelga, brócoli, espárragos y otros son muy ricos en este suplemento.
Vitamina E: además de evitar el envejecimiento celular es muy favorable para la salud neuronal y su carencia puede producir serios daños cerebrales, pero al mismo tiempo no es recomendable su consumo prolongado como suplemento vitamínico. Puede obtenerse a través del consumo de alimentos como las nueces, almendras, maní, avellanas, el aceite de maíz o germen de trigo y las semillas de girasol.
Vitamina D: es uno de los micronutrientes que mayor participación tiene como factor de crecimiento nervioso, estimula la regeneración de las células cerebrales y tampoco es recomendable consumirla en exceso, ya que puede ocasionar daños en las arterias o los riñones. Se encuentra en alimentos como el aceite de pescado, los pecados grasos, el hígado de res, la yema del huevo y el queso.
Es importante destacar que el consumo de los suplementos vitamínicos debe estar siempre supervisado y prescrito por un médico, pues se debe evitar su consumo sin supervisión profesional, ya que en algunos casos su ingesta extendida pueden llegar a producir efectos negativos para el organismo.
Además, es importante evitar situaciones de estrés prolongado, la ansiedad y la tristeza; así como realizar ejercicio físico al aire libre con regularidad.