La ciencia médica moderna ha comprobado desde hace algunos años la importancia de mantener un buen estado de ánimo y una visión optimista frente a la vida para contrarrestar y superar muchas de las enfermedades que aquejan a las personas en la actualidad. Gran parte del éxito que se tenga durante el seguimiento de un tratamiento médico dependerá de la actitud positiva que asuma el paciente, y por tanto, los doctores no dudan en recomendar que se evite a toda costa la soledad, la tristeza y el desánimo; en su lugar se le debe dar paso a los momentos gratos, el compartir con personas alegres, ver películas de comedia, asistir a eventos divertidos, entre otros son partes de las estrategias que se pueden aplicar para conservar el positivismo.
Ahora bien, a pesar de que el buen humor es considerado beneficioso para la salud, todavía persiste mucho escepticismo en relación con la aplicación de la risa y el humor como mecanismos terapéuticos que ayuden a prevenir las enfermedades o recuperar la salud.
Afortunadamente, son muchas las investigaciones que se han desarrollado en años recientes y cuyos resultados apoyan científicamente la idea de la aplicación de la risa como terapia o lo que actualmente se conoce como “risoterapia”. La risa y los estados de alegría generan múltiples beneficios 
que favorecen a todas las personas, pero que para los adultos mayores estos efectos resultan particularmente efectivos, ya que no solo les ayudan anímicamente sino que se ha comprobado que físicamente afectan de forma positiva muchas funciones que con la edad pueden verse desmejoradas.
A continuación se comentan algunos de esos buenos efectos que produce la risa para el cuerpo humano:
Es un excelente antidepresivo: la risa incentiva la segregación de dopamina un bioquímico relacionado con la sensación de bienestar, al mismo tiempo que se disminuyen los niveles de cortisol que es conocida como la hormona del estrés y que contribuye a generar estados de tensión y depresión.
Alivia el dolor: la risa a carcajadas estimula la producción de endorfinas y encefalinas en el cerebro, las cuales son las hormonas responsables de la sensación de placer y bienestar, que además logran disminuir en gran medida el dolor, produciendo un efecto analgésico.
Fortalece el sistema inmunológico: la producción de inmunoglobulina A se ve incrementada en el cuerpo gracias a la risa, la misma es un anticuerpo vital imprescindible pues actúa como uno de los primeros mecanismos de defensa del organismo ante las enfermedades. Además también se aumentan los linfocitos y las citoquinas que también forman parte del sistema inmune.
Incentiva la creatividad: la risa funciona como un buen estimulante del hemisferio derecho, el cual está directamente relacionado con la creatividad, el arte, la imaginación y la producción de ideas novedosas. Por lo cual, no es extraño que las personas más alegres y que ríen con frecuencia son quienes demuestran más creatividad y aportan soluciones ingeniosas ante 
los problemas.
Es buen ejercicio: reírse copiosamente puede resultar una muy buena actividad física, en primer lugar genera un masaje vibratorio interno que produce algunos movimientos del diafragma lo cual facilita la digestión, además se estira la columna vertebral y las cervicales. En total se activa el funcionamiento de unos 400 músculos en diferentes partes del cuerpo, incluyendo algunos del estómago que solo se mueven con la risa.
Mejora la respiración: es sabido que al reír entra el doble de aire a los pulmones, por lo tanto este aire “extra” favorece la disposición de mucho oxigeno que limpiara los pulmones, la sangre, el cerebro y mejorara el aspecto general de la piel.
Además de estos beneficios es importante recordar que una persona sonriente y alegre es aceptada más fácilmente, logra hacer muchos amigos e irradia una luz especial que impregna todo lo que hace o emprende, ayudándole a superar más rápidamente cualquier desavenencia.
No en vano el poeta Víctor Hugo expresó: “La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano”.
