Incluso con todo esto en mente, a veces nos acecha un se nos junta un aire de nostalgia, desánimo y tristeza. Sí, es la archiconocida “depresión postvacacional”, un trastorno adaptativo que a todos nos afecta en mayor o menor medida. Nuestro consejo: dejar a un lado la nostalgia del verano y tal y como venga la tristeza, dejarla ir. ¿Pero cómo?  Os damos siete claves y trucos para afrontar septiembre con optimismo.

• Es la hora de proponerse nuevos retos o aprender algo que te guste. Informática, idiomas, arte, historia, música, cine, escritura… ¡En la variedad está el gusto! Ahora es tiempo de comenzar una nueva etapa con ilusión y por qué no decirlo, ¡aficiones nuevas! Y tú, ¿qué quieres hacer?
• Reencontrarte con antiguos compañeros de clase y retomar el contacto con amigos con los que llevas meses sin hablar.
• Conocer gente nueva y hacer amigos con los que poder compartir aficiones.
• Planear e imaginar cómo será tu próximo viaje.
• La rutina es positiva. Durante muchos años nos han vendido la imagen de que rutina es aburrimiento. Lo cierto es que las rutinas nos ayudan mejor a planificarnos y a gestionar nuestro tiempo. ¡Todo siempre dentro de un equilibrio, claro!

• En septiembre nos volvemos más sanos y vitales. Es uno de los mejores meses del año para practicar tu deporte favorito o salir a pasear.
• El cambio de estación y la llegada del otoño nos ayuda a pasar página y seguir avanzando. Pero no sólo eso, nos deja en el camino uno de los paisajes y estampas más bonitas del año.

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