La tecnología ha invadido casi todos los espacios de la vida cotidiana, hoy en día resulta casi imposible realizar las tareas más sencillas sin la utilización de alguna herramienta digital, ya que la automatización de los procesos con el fin de facilitar y agilizar las actividades diarias ha puesto a disposición de la mayoría de la población mundial una serie de instrumentos digitales que a través de su correcta operación hacen que los quehaceres habituales se logren rápidamente. En momentos, en los que las responsabilidades, el ritmo de vida y la rapidez de los acontecimientos demandan un uso más efectivo del tiempo, la tecnología ha sido la gran aliada de la sociedad actual.
Tareas tan usuales como preparar un café en una cafetera digital, utilizar un horno, programar una alarma, comunicarse con alguien, retirar efectivo de un cajero electrónico, realizar una compra en un supermercado, entre otras, enfrenta a las personas a una gama de pantallas, paneles informativos, lectores de barra, tarjetas electrónicas y demás formas de interfaces de información computarizada que puede resultar engorroso y abrumador para muchas personas. Especialmente, los adultos mayores quienes acostumbrados hasta hace pocos años a desenvolverse en un entorno que requería de un mayor esfuerzo físico, han visto sus vidas invadidas por un auge en el uso de la tecnología que los deja en ocasiones prácticamente imposibilitados para realizar por si mismos las actividades habituales.
Es por ello, que en la actualidad el gran reto de la era digital ha sido ayudar a las personas a superar las dificultades o impedimentos que supone el llamado analfabetismo digital. Esto requiere una labor educativa generalizada que guie a las personas jóvenes o a quienes se les facilita el uso de las herramientas digitales a compartir e instruir a otros en el uso adecuado de estos elementos. En el caso de los adultos mayores, esta labor implica muchas veces superar la resistencia existente en muchos de ellos en cuanto a la manipulación de la tecnología digital. Para ello, es necesaria la paciencia, disposición y apoyo de las personas que les rodean, bien sea hijos, nietos o allegados que puedan motivarles a atravesé a interactuar sin ningún temor con los medios digitales.
En ese sentido, muchos países han diseñado incluso programas educativos gratuitos especialmente dirigidos a los adultos mayores para aprender a operar computadores, redes sociales, teléfonos inteligentes y otros. Estas iniciativas aunadas a los esfuerzos que realizan los diseñadores, programadores y creativos encargados de configurar la apariencia que presentan las interfaces de los medios digitales, haciéndolas cada vez más amigables y accesibles para todos los públicos; han logrado superar gran parte de las limitaciones que presentan los adultos en su interacción con la tecnología.
La familiarización de las personas de la tercera edad con la tecnología digital implica además el reconocimiento de su derecho a participar y movilizarse con libertad en una sociedad altamente tecnificada, así como disfrutar de las ventajas y beneficios que les ofrece la era digital. Gozando de su independencia personal sin tener que recurrir a familiares o amigos como una suerte de “compañía necesaria” que les provean el apoyo necesario para realizar todas sus actividades.
Las facilidades tecnológicas disponibles pueden incluso constituirse en las principales aliadas de los adultos mayores para realizar con mayor comodidad muchas tareas, por ejemplo, realizar operaciones bancarias de forma electrónica sin tener que desplazarse hasta una institución financiera, solicitar citas médicas, organizar calendarios y horarios para medicinas, controlar chequeos médicos, terapias y otros; mantenerse constantemente en comunicación con familiares y amigos, obtener información, o simplemente recrearse por el disfrute de música, películas, videos, juegos y demás recursos disponibles.
